Monstruo devorador de estrellas, esperanzas indestructibles en un viento siempre cambiante, posibilidades hay de mover el universo, destruir el flujo de las sombras y las mareas, detener el tiempo.
No hay lugar, ni tiempo para ser aberración ambulante por tierras desiertas llenas de ruido, movimiento y magia.
Un margen imposible en la realidad es el límite de la vida.
Entrar o salir de edenes y avernos a tu antojo.
No hay origen, no hay final. Eres tú, coincidencia de mi existencia, verdugo.
Cerrar puertas a tus espaldas, no mirar atrás; ser tan ignorante de su presencia como del aire que respiras.